lunes, 1 de junio de 2009

Volver a empezar: por día, 10 divorciados se casan otra vez en Capital


Los expertos dicen que no siempre las segundas partes son malas. Que ahora son más los porteños que se animan a repetir el "sí" porque tienen más confianza en sí mismos para arrancar de cero.
"Se animan a darse una oportunidad: la de volver a sentir", apuntan. Las estadísticas del Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires lo comprueban: aunque la cantidad de casamientos baja año tras año, 10 nuevos matrimonios por día están protagonizados en Capital por hombres y mujeres que ya saben qué es tener una libreta de casado y dejar de tenerla. Durante el primer trimestre del año hubo 633 casamientos de divorciados (10 por día si se cuentan los días hábiles). Representan el 22% de los 3.113 matrimonios que se celebraron en ese período, el doble que en 2008.
"Quienes reinciden tienen más de 40 años", asegura Viviana Koffman, abogada especialista en derechos de familia y directora del Club de Divorciadas, una ONG que presta asesoramiento legal y contención psicológica. Cuenta, además, que quienes pasaron por una experiencia de divorcio, vuelven a enamorarse con "otra mirada sobre el amor, revalorizando los papeles". Y lo compara con los jóvenes que hoy descreen de las uniones legales porque en su mayoría son hijos de divorciados.
"Las personas divorciadas buscan un compañero, sobre todo si los hijos son grandes porque se quedan solos; y también eligen una relación más madura, que la que eligió a los 20 años", dice. Susana Torrado remarca en el libro Historia de la Familia en la Argentina Moderna que "la propensión a reincidir en el matrimonio es mucho más intensa entre los hombres que entre las mujeres, casi el doble en Capital Federal". Lo dice por varias razones. Una: los hijos de una pareja suelen vivir con la madre. Por eso, la mujer le cuesta más reiniciar su vida y establecer una pareja porque prioriza el cuidado de sus hijos y porque no se atreve convivir con alguien si los chicos están en la casa.
"La mujer se toma más tiempo para volver a formar una pareja pero el hombre busca alguien más rápido porque le es difícil estar solo", coincide Benjamín Zarankin, médico y psicoterapeuta vincular-familiar. "Este es un país matrimonial", enfatiza Koffman. Para ella, allí está la segunda causa: "Los argentinos aprendieron que tras la separación de un concubinato, el único derecho es la pensión".
Otro motivo es que al hombre la edad le juega a favor. El último estudio de nupcialidad indicó que el hombre vuelve a casarse dentro de los cinco años posteriores al divorcio. También demostró que el 70% de ellos se casa con solteras y la mayoría, las prefiere más jóvenes (10 años menos), mientras que el 50% de las mujeres vuelve a casarse con hombres que nunca pasaron por el Registro Civil, y además los eligen más grandes.
En la provincia de Buenos Aires la tendencia es similar a la de Capital. Gustavo Crego, delegado del Registro de La Plata, dice que "es muy común que si los hijos son grandes participen de la ceremonia entregando los anillos o siendo testigos". El otro punto, dice Torrado, es que las mujeres muchas veces se casan por los hijos, sobre todo si son chicos. "Como madre o padre, hay que demostrarles que después de equivocarse, hay que intentarlo otra vez: aunque antes no se haya tenido una buena experiencia, hay que enseñarles que se puede creer en el amor, el matrimonio", dice Koffman. Ella también apuesta a un nuevo comienzo: se casará por segunda vez en agosto.

Obreros del amor
Diana Baccaro
"Si no te equivocás de vez en cuando, es que no lo intentás", sostiene Woody Allen, eterno hacedor de películas que suelen incluir --además de infidelidades varias, una madre insoportable y algún psicoanalista-- un divorcio. En los registros civiles, las historias se filman todos los días, con distintos protagonistas, fieles seguidores del amor con todas las de la ley, que intentarán probar a su manera que la felicidad, como las películas, también se construye.

No hay comentarios: