Siempre se consideró que el proceso evolutivo de la psoriasis, una afección autoinmune que se manifiesta por una descamación de la piel que en los casos moderados y graves produce lesiones capaces de alterar muchísimo la vida de las personas que la padecen, estaba atado fundamentalmente a factores psicológicos.
Por otra parte se sabe también que si ese mismo proceso inmunológico que causa la psoriasis ataca las articulaciones, se desencadena la llamada artritis psoriásica, que tiene algunos puntos de similitud y otros de diferencia con la artritis reumatoidea.
Por otra parte se sabe también que si ese mismo proceso inmunológico que causa la psoriasis ataca las articulaciones, se desencadena la llamada artritis psoriásica, que tiene algunos puntos de similitud y otros de diferencia con la artritis reumatoidea.
Lo que tal vez sea menos conocido es que, por mecanismos que se conocen bien y otros no tanto (simplemente se han corroborado relaciones estadísticas), la psoriasis también está relacionada con la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y una afección inflamatoria intestinal conocida como enfermedad de Crohn.
Los dermatólogos, que a raíz de la creciente necesidad de tratar enfermedades sistémicas van haciendo que su especialidad deje de ser asociada sólo a lo más "superficial" de la medicina, las llaman "comorbilidades" asociadas a la psoriasis.
Como ejemplo, señaló el doctor Edgardo Chouela, profesor titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), está demostrado por estudios internacionales que los enfermos de psoriasis tienen tres veces más posibilidades de sufrir un infarto de miocardio que el resto de la población.
Como ejemplo, señaló el doctor Edgardo Chouela, profesor titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), está demostrado por estudios internacionales que los enfermos de psoriasis tienen tres veces más posibilidades de sufrir un infarto de miocardio que el resto de la población.
La comorbilidad, explicó, es una enfermedad que no necesariamente está asociada a la psoriasis (de hecho una persona puede desarrollar artritis sin haber tenido nunca síntomas de psoriasis), pero que comparten con esta enfermedad inmunológica de la piel los mecanismos patogénicos que las causan. En especial, los procesos inflamatorios.
Estas comorbilidades, además, "se asocian con más frecuencia a la psoriasis, y afectan a diferentes órganos que no tienen nada que ver con el órgano blanco de la psoriasis, que es la piel".
Estas comorbilidades, además, "se asocian con más frecuencia a la psoriasis, y afectan a diferentes órganos que no tienen nada que ver con el órgano blanco de la psoriasis, que es la piel".
Pero en este terreno, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?
Para responder con un ejemplo, Stengel dijo que hay más frecuencia de diabetes tipo 2, hipertensión y aterosclerosis en las personas con psoriasis que en pacientes que no la tienen, porque los procesos inflamatorios pueden ser similares, pero eso no quiere decir que la psoriasis haya sido la causa de la diabetes, la hipertensión o la aterosclerosis.
Stengel explicó que no cuentan con demasiadas estadísticas precisas, como tampoco las hay respecto de la prevalencia de psoriasis: en Estados Unidos hay estudios que afirman que podría sufrirla, en diferentes grados, hasta un 12% de la población, aunque sólo en uno de cada cuatro afectados tendría consecuencias que afecten la calidad de vida.
Stengel explicó que no cuentan con demasiadas estadísticas precisas, como tampoco las hay respecto de la prevalencia de psoriasis: en Estados Unidos hay estudios que afirman que podría sufrirla, en diferentes grados, hasta un 12% de la población, aunque sólo en uno de cada cuatro afectados tendría consecuencias que afecten la calidad de vida.
Sin embargo, el especialista estimó que entre 15 y 20% de las personas con psoriasis tienen algún grado de compromiso articular, "aunque debe quedar claro que en muy pocos de ellos ese compromiso puede tener consecuencias discapacitantes".
En Estados Unidos, donde los índices de obesidad son reconocidamente altos, la prevalencia de obesidad entre los pacientes con psoriasis superaría el 40%; "en Argentina", agrega Stengel, "me atrevería a decir que es uno de cada tres".
Por qué es importante saberlo
La artritis psoriásica es la comorbilidad más reconocida, aunque no la más complicada. Para Stengel, es muy importante que el dermatólogo indague a cada paciente con psoriasis para saber si existe algún grado de compromiso articular, porque si existiera se podría aplicar precozmente un tratamiento que impida la progresión de la artritis.
Por este mismo motivo, también sería aconsejable que las personas con psoriasis, cuando tienen algún tipo de dolor en las articulaciones, se lo hagan saber al médico, porque es frecuente que la persona no asocie este tipo de dolores a la psoriasis, y entonces la artritis podría seguir progresando.
La artritis psoriásica es la comorbilidad más reconocida, aunque no la más complicada. Para Stengel, es muy importante que el dermatólogo indague a cada paciente con psoriasis para saber si existe algún grado de compromiso articular, porque si existiera se podría aplicar precozmente un tratamiento que impida la progresión de la artritis.
Por este mismo motivo, también sería aconsejable que las personas con psoriasis, cuando tienen algún tipo de dolor en las articulaciones, se lo hagan saber al médico, porque es frecuente que la persona no asocie este tipo de dolores a la psoriasis, y entonces la artritis podría seguir progresando.
En cuanto a la obesidad, Stengel dijo que durante mucho tiempo no se le había prestado atención en relación con enfermedades de la piel, pero que se trata de una condición que afecta a todo el organismo -desde la capacidad para moverse y la vida social hasta el metabolismo, con el incremento de los triglicéridos y el colesterol- y trae aparejados los riesgos cardiovasculares, la hipertensión arterial y el deterioro de las arterias, que constituyen la primera causa de muerte en todo el mundo.
No deben desdeñarse como comorbilidades a las secuelas psicológicas de tener llagada gran parte del cuerpo, o bien una pequeña porción pero en partes muy visibles, como la cara o las manos.
No deben desdeñarse como comorbilidades a las secuelas psicológicas de tener llagada gran parte del cuerpo, o bien una pequeña porción pero en partes muy visibles, como la cara o las manos.
Los especialistas hacen hincapié en que tales secuelas "son directamente proporcionales a la severidad de la psoriasis", con lo que se puede calcular que entre un 10 y un 15% puede estar afectado psicológica o emocionalmente de manera importante.
Y de manera recíproca, apunta Stengel, "en algunos pacientes no queda duda de que el aspecto emocional y el estrés agravan la psoriasis directamente, y también indirectamente, porque el estrés y los problemas emocionales dificultan las posibilidades de cumplir correctamente los tratamientos": tomar la medicación, ir al médico o concurrir a las sesiones de fototerapia, por ejemplo.
Y de manera recíproca, apunta Stengel, "en algunos pacientes no queda duda de que el aspecto emocional y el estrés agravan la psoriasis directamente, y también indirectamente, porque el estrés y los problemas emocionales dificultan las posibilidades de cumplir correctamente los tratamientos": tomar la medicación, ir al médico o concurrir a las sesiones de fototerapia, por ejemplo.
También se ha hablado de las posibles relaciones entre la alimentación y la psoriasis. Stengel, que además de dermatólogo tiene la especialidad en medicina clínica, negó que haya evidencias científicas de una relación entre ambas, aunque señaló que, por vía indirecta, el consumo excesivo de alcohol podría empeorar las cosas para el paciente psoriásico porque de afectar al hígado, podría afectar también la respuesta del organismo a los medicamentos que se aplican por vía sistémica.
Se considera que cuando las lesiones pasan a cubrir más de un 3% de la superficie de la piel la persona pasa de un estado de psoriasis "leve" a una "moderada", y con más de un 10%, "severa".
Se considera que cuando las lesiones pasan a cubrir más de un 3% de la superficie de la piel la persona pasa de un estado de psoriasis "leve" a una "moderada", y con más de un 10%, "severa".
Pero aquí se cumple la máxima de que "cada paciente es un mundo", y son demasiados los factores capaces de determinar en qué medida la enfermedad puede afectar la calidad de vida.
Una adolescente que no puede ponerse la malla en verano, una persona con intensa actividad social que no puede dar la mano, hombres y mujeres que tienen sus lesiones en la zona genital o quien tiene afectada su espalda que puede mantener siempre cubierta, recibirán de manera muy diferente el impacto de la enfermedad, y eso no necesariamente tendrá que ver con la cantidad de piel afectada.
Una adolescente que no puede ponerse la malla en verano, una persona con intensa actividad social que no puede dar la mano, hombres y mujeres que tienen sus lesiones en la zona genital o quien tiene afectada su espalda que puede mantener siempre cubierta, recibirán de manera muy diferente el impacto de la enfermedad, y eso no necesariamente tendrá que ver con la cantidad de piel afectada.
Las enfermedades asociadas añaden más complejidad a este panorama, sobre todo teniendo en cuenta que la psoriasis es una enfermedad crónica -se puede controlar pero no tiene cura definitiva- y por lo tanto los mecanismos que la causan están siempre presentes, y se transforman en un factor de riesgo común al que la persona, su familia y todos los médicos que lo atiendan, y no sólo el dermatólogo, deberán estar atentos en adelante.
Marcelo Rodríguez-La Nación
Marcelo Rodríguez-La Nación
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