Cerca de 2,5 millones de niños, niñas y adolescentes viven con VIH en el mundo. Desde que la epidemia se disparó en 1982, en nuestro país han sido notificados en el Ministerio de Salud de la Nación 3.700 casos de menores de 14 años infectados de VIH. "Estimamos que otros 1.500 niños de ese mismo grupo de edad no saben que están infectados", adelantó a Clarín el director del Programa de sida y ETS (enfermedades de transmisión sexual), el epidemiólogo Claudio Bloch.
A la complejidad que supone sortear las rutinas de la infección (tomar un cóctel de tres medicamentos cada día por el resto de la vida), se suma a la subjetividad de millones de criaturas una de las más trágicas experiencias en la infancia: perder a uno o a ambos padres.
Según el informe sobre sida 2008 de Naciones Unidas, 15 millones de niños, niñas y adolescentes han perdido a uno o a ambos padres por el sida.
Un drama que en la Argentina afecta a la mitad de los menores de 13 años portadores del virus, hoy huérfanos de madre, de padre o de ambos, según una investigación que llevó a cabo Unicef a fines de 2007 en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.
En el marco de la XVII Conferencia Internacional de Sida que concluyó ayer en la ciudad de México, 32 organizaciones --una de ellas la ong argentina Fundamind, denunciaron la falta de políticas públicas y programas integrales enfocados en las necesidades de los niños, niñas y adolescentes de la región. En particular aquellos que viven con VIH. "Las voces de los niños no son escuchadas, respetadas ni atendidas en la mayoría de los países de nuestra región", afirmaron los portavoces de la flamante alianza. Bloch opinó que este tipo de alianza "coloca en el mismo plano a los distintos países. En la reunión inter ministerial que se hizo en México, la Argentina apoyó una plataforma que está por debajo de lo que acá está en marcha, como la educación sexual en las escuelas".
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