Con ecos del orgasmatrón de Woody Allen, una empresa de Girona, España, ha diseñado un masturbador (tanto para hombres como para mujeres) para hacer las relaciones online mucho más… fidedignas.
Estos masturbadotes interactivos son capaces de comunicarse a distancia. Así que imaginemos a un hombre y una mujer que se conocen en un chat, salta la chispa y se proponen tener relaciones sexuales a través de Internet. El hombre, entonces, usará un consolador en forma de vagina y la mujer, en forma de falo. Vía bluetooth, entonces, se conectan a sus respectivos ordenadores.
Ambos consoladores son emisores de impulsos y receptores de estímulos, de modo que se establece una comunicación, digamos erótica, entre ambos usuarios. A través de una videoconferencia, entonces, empieza la fiesta. Los sensores recogen los roces en el exterior de los masturbadotes y los transmiten a la pareja sexual.
La idea origina parte de Narcís Bosch, un director de cine porno:
Hace unos años tenía una novia brasileña que viajaba a menudo. Cuando estaba fuera tenía ganas de tener contacto, algo más allá de hablar por teléfono. Por eso ideamos un juego que consistía en que ella ponía el móvil en sistema de vibración y yo le hacía llamadas perdidas. Cuando ella “terminaba”, me telefoneaba y entonces hablábamos.
Muchos detractores del sexo virtual se llevarán las manos a la cabeza: dónde vamos a parar, donde se ponga un coito real que se quiten todos los cachivaches del mundo, etc. Pero lo cierto es que Internet no sólo ha favorecido el mercado matrimonial sino que ha llenado de posibilidades el onanismo. Y lo que nos queda.
Por el momento, los creadores de este masturbador 2.0 están negociando con la empresa Promociones Web para lanzar la primera serie de producción para antes del verano.
xatakaciencia.com
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