Los requisitos de admisión al internado que la filial británica de la organización norteamericana Wellspring Academies abrirá en el distrito de Los Lagos en un plazo de dos años son muy claros.
Los aspirantes deberán tener entre 11 y 18 años, un sobrepeso de al menos 10 kilos o haber tenido problemas dietéticos durante el lapso de un año, y no presentar problemas de conducta o historiales violentos.
Pero sobre todo, tener el deseo de querer estar pupilos y adaptarse a la propuesta. Aparte de seguir el currículum nacional obligatorio en materia educativa –con materias adicionales como Ciencias de la Comida y Gerenciamiento del Peso–, los alumnos realizarán múltiples actividades físicas y sociales encuadradas dentro de las terapias conductuales cognitivas. El premio mayor es la promesa de que al final del ciclo habrán cumplido su gran sueño: adelgazar. Desde hace seis años, Wellspring ofrece sus productos educacionales al mercado con mayor índice de obesidad infantil y adolescente del mundo: el norteamericano. Y ahora apunta sus objetivos a Gran Bretaña, el país que ocupa el segundo lugar en dicho ranking.
Según Ryan Craig, presidente de la empresa, muchos niños y adolescentes obesos ven la vida de manera similar a los adultos con cánceres terminales. Sus problemas principales son la falta de vida social, el rechazo por parte de sus pares, las cargadas, los sobrenombres y una gran falta de confianza en sí mismos. Para demostrar la efectividad de sus métodos y prenunciar cómo serán sus internados, Wellspring organiza desde 2006 campamentos especiales para adolescentes obesos pero niega enfáticamente que sean “campamentos para gordos” similares a los que existen en Estados Unidos. Tienen una duración de dos, cuatro u ocho semanas y un precio que va de los 7.000 a los 13.000 dólares. Garantizan, por estudios científicos realizados con participantes, una reducción de peso promedio de dos kilos por semana y, en los tratamientos prolongados, de un total de 16 kilos o más.
Las actividades incluyen canotaje, escalado de paredes, rapelismo, orientación y ejercicios con sogas. Los participantes están obligados a caminar 10.000 pasos por día y consumen un máximo de 1.200 calorías y 12 gramos de grasas diarios.
El menú está dividido en comidas controladas y no controladas. Las primeras incluyen hamburguesas, pizzas y pastas que son similares a las reales sólo en gusto y textura, pero en realidad son truchas. Las segundas pueden comerse a piacere, pero de manera medida y autocontrolada e incluyen frutas, ensaladas, atún, huevos y quesos de granja. Se enseña también de manera teórico-práctica qué y cómo pedir en los restaurantes, cómo comprar en los supermercados y se organizan “búsquedas del tesoro” de alimentos de bajas calorías en las panaderías.
Se incluyen programas de enseñanza para padres de obesos y se los invita a visitar a sus hijos.
Pero el secreto de los campos y, por ende, de los internados para pupilos parece no estar dentro de ellos sino fuera. Poder entrar y estar es relativamente fácil, lo difícil es saber salir. Consultada por Crítica de la Argentina, Susan Borgman, directora clínica de Wellspring, lo explica así: “Tratamos de entender cómo piensan sobre las cosas e identificar las distorsiones cognitivas que les llevan a elegir cosas problemáticas. Luego les damos las herramientas para que aprendan a elegir lo saludable y rechazar lo que les perjudica”. Pero el secreto, dice, está en prolongar en el largo plazo esos hábitos saludables que han adquirido, en saber manejarse una vez que abandonan el lugar.
“Dejan la escuela con un plan escrito con cuatro puntos clave. A saber:
–Quedar en contacto con sus terapeutas vía un sitio web diseñado para autocontrol.
–Conectarse con organizaciones comunitarias que atiendan sus problemas.
–Llevar un diario en el que anoten exactamente qué y cómo comen.
–Y, lo más importante, involucrar a la familia para que ayuden en todo.”
Los críticos acusan a los internados de ser espacios aislados, selectivos y poco naturales, de estar regidos por disciplinas casi marciales, de no poseer resultados a largo plazo que demuestren su efectividad, de provocar sangrías emocionales, de tratar de imponer ideas en otras culturas y de ser elitistas por sus altos precios. Preguntada por todo esto, Borgman encontró respuesta para todas las críticas: “Todo es muy simple, muy científico, muy sustentable. Los alumnos no están aislados, forman parte de un grupo, logran un sentimiento de pertenencia que no experimentaron nunca antes.
No están encerrados, salen y se relacionan y trabajan con y para la comunidad. La disciplina es normal, no llevamos las cosas a los extremos y los programas no son severos. Los estudios con resultados a largo plazo los maneja el director clínico del grupo, en Chicago.
Emocionalmente, salen fortalecidos y llenos de autoconfianza debido al uso de las diversas rutinas. Su nivel energético se eleva al máximo y ellos ven los resultados inmediatamente. No tratamos de imponer ninguna idea, sino de adaptarnos a las otras culturas, usamos profesionales locales y sólo el núcleo central de los expertos es norteamericano. Y estamos trabajando con fundaciones, sociedades benéficas y corporaciones mediáticas para poder dar becas”.
La obesidad, una epidemia inglesa
Segun un informe presentado por la British Medical Association, el problema de la obesidad está adquiriendo características endémicas en el Reino Unido. Un cuarto de los varones y un tercio de las mujeres de entre 2 y 19 años tienen problemas de sobrepeso. Uno de cada tres adolescentes es oficialmente obeso o tiene sobrepeso al empezar la escuela secundaria, siendo las adolescentes las que más sufren con un millón de casos entre los menores de 16. El gobierno se vio obligado a crear la National Childhood Obesity Database, una base de datos a nivel nacional que monitorea el peso de los niños. De no mejorar la situación se calcula que para 2010 los adolescentes ingleses seran tan gordos como eran los norteamericanos en 2000, y el Estado, a través del Departamento de Salud, habrá afrontado gastos superiores a los 8.000 millones de dólares en temas relacionados con la obesidad.
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