Tiemblan las grandes cadenas de gimnasios. Y Jorge Hané, el colombiano detrás de las dudosas pastillitas televisivas Reduce Fat Fast, también. Científicos estadounidenses del Instituto Médico Howard Hughes y del Instituto Salk desarrollaron dos drogas que desencadenan sin moverse del sillón varios de los efectos fisiológicos que tienen lugar durante el ejercicio y aumentan la capacidad del cuerpo de quemar grasas así como la resistencia. Una noticia como para poner en duda, de ahora en más, la máxima expresión deportista “no pain, no pain” y para abandonar del todo las clases de spinning y las rutinarias cintas de correr hacia ninguna parte.
Pero, a no ilusionarse del todo: las “pastillas del ejercicio” –como les dicen a las drogas en cuestión, “GW1516” y “Aicar”– hasta ahora fueron únicamente probadas con éxito en ratones que, después de digerirlas, se convirtieron en maratonistas incansables.
No es la primera vez que este tipo de bomba farmacológica explota entre los investigadores. Después de las drogas psiquiátricas –como las ya clásicas Prozac y Alplax– y la revolucionaria pastillita azul, el Viagra, los laboratorios miran con gran atención al amplio espectro que comprende tanto a los adictos al deporte como a los que por falta de tiempo o esfuerzo se abandonan y eligen al sedentarismo como forma de vida.
Obedeciendo aquel mandato moderno que asocia músculos con felicidad, no hay duda de que todo el mundo quiere verse bien. Y los grandes laboratorios lo saben. Por eso, la farmacología moderna busca la pastilla mágica del cuerpo perfecto con tanto ahínco como el conquistador español Gonzalo Pizarro buscó durante el siglo XVI la mítica ciudad americana de El Dorado. Mientras tanto, cualquier fanático del cuerpo que pretenda aumentar en volumen o marcar sus pectorales o abdominales agrega a su vocabulario palabras como anfetaminas, quemadores de grasa, Creatina y aminoácidos.
En la última investigación, el equipo liderado por el doctor Ronald Evans intentó imitar lo que científicos norteamericanos y coreanos habían conseguido en 2004: crear superratones genéticamente modificados capaces de resistir el doble de tiempo corriendo que sus congéneres comunes y corrientes y capaces también de mantenerse esbeltos pese a consumir una dieta hipercalórica. La intención en esta ocasión era conseguirlo sin alterar mucho los genes. Así fue como se enfocaron en reprogramar genéticamente el metabolismo muscular al activar un interruptor químico, una proteína llamada “PPAR delta”, aquella que les ordena a las células adiposas que quemen la grasa.
Lo primero que hicieron fue suministrarles a ratones sedentarios una serie de drogas en experimentación durante cuatro semanas. La “GW1516” fue la efectiva. “Conseguimos los beneficios de reducir los ácidos grasos y los niveles de glucosa, pero no hubo absolutamente ningún efecto en el rendimiento físico”, advirtió Vihang A.
Narkar del Salk Institute.
Como explican en la revsita Cell, obligaron después a los ratones a correr en una cinta durante 50 minutos. Y entonces, les volvieron a dar la droga. Los resultados fueron increíbles: mejoró la resistencia en un 77% y la fibra muscular en un 38% en los roedores más activos.
En otro experimento les suministraron el fármaco Aicar: después de cuatro semanas y sin entrenamiento previo, los ratones aumentaron la resistencia al ejercicio en un 44% en comparación con roedores no entrenados. “Los ratones estaban como si siempre hubieran hecho ejercicios”, dijo Evans, un hombre con suficientes credenciales científicas como para disipar cualquier duda.
O sea, en caso de que estas drogas funcionen en humanos, la pastilla GW1516 sería para los perezosos y Aicar para los más entrenados. Ni lento ni perezoso, Evans se adelantó a deportistas tramposos y desarrolló un test capaz de detectar en sangre y orina la presencia de estas drogas que, según parece, en el futuro harán tanto furor como los esteroides anabólicos durante los 80.
1 comentario:
Hola espero estén súper bien les cuento que se dé un buen sistema para entrenar el cual te aumenta la masa muscular sin pasar tanto tiempo en el gim entra en la dirección de mi nombre y descúbrelo
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