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"Está claro que hay un aumento del estrés en la población y del consumo de psicofármacos, y este combo reduce la búsqueda sexual. La conformidad presente en las respuestas de la mayoría tiene que ver con la idea de Tengo lo que puedo tener en este momento y por ahora no tengo más recursos, energía, tiempo, ganas", interpreta el sexólogo y psiquiatra Enrique de Rosa.Para la psicoanalista Any Krieger, miembro de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), y autora del libro "Sexo a la carta", la sexualidad "es un reflejo del estado de ánimo de las personas y, también, responde al momento histórico que vive la sociedad. En ese marco, –explica– este alto nivel de conformidad tiene más que ver con la resignación que con la satisfacción".
Los jóvenes de entre 19 y 24 años son los menos conformes con su vida sexual. Sólo el 15% dijo que estaba plenamente satisfecho. Los que tienen entre 24 y 35, en cambio, son los más conformes, con el 30% de las respuestas positivas. Los especialistas de la consultora D'Alessio Irol interpretan que la baja en la satisfacción sexual de los más jóvenes responde a que muchas veces tienen elevadas expectativas respecto a sus experiencias sexuales.
Según la encuesta, los casados están más "plenamente satisfechos" que los solteros (27% contra 23%), y los separados y viudos son los más disconformes con su vida sexual (dos de cada diez respondieron que están poco o nada satisfechos). Pero en todos los casos –jóvenes o maduros, casados o solteros, hombres o mujeres–, la mayoría respondió "ni". Ni muy satisfecho ni muy disconforme, ¿Un amarillo en el semáforo del amor?Argentinos, conformes pero hasta ahí. "Los resultados de la encuesta muestran a una mayoría que se conforma con su vida sexual pero, si pudiera, le gustaría tener más sexo. Está bien pero con algo que no lo llena del todo, que está por debajo de sus expectativas. Para entenderlo con otras palabras, es como aquel que dice: 'Sí, quisiera tener este auto pero para conseguirlo tengo que trabajar más, sacar un préstamo, después mantenerlo...En fin, me conformo con viajar en colectivo'", compara de Rosa.
"Hay una suerte de resignación con la realidad que le toca a cada uno, en detrimento de la búsqueda por conseguir un placer satisfactorio. En verdad, la sexualidad no es sólo el sexo, el coito; es la relación que tiene el sujeto con su libido, la fuerza libidinal, el empuje, la vitalidad que hace a todos los ámbitos de nuestra vida, el trabajo, la creación, la producción. Creo que la encuesta refleja una cantidad de energía sexual que está inutilizada, retenida, almacenada, bloqueada", afirma Krieger. Eso sí, una gran mayoría afirma que el verano predispone a la sensualidad y sexualidad. Tal vez es tiempo entonces de liberar esa energía guardada. De que el semáforo sexual pase del amarillo al verde.
clarin.com
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