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Difícil saber si el resultado será tan feliz como el de Iris (Kate Winslet) y Amanda (Cameron Diaz) en el film El descanso, quienes para olvidar un desencanto amoroso intercambiaron sus casas durante dos semanas y encontraron, sin proponérselo, al amor de sus vidas. Pero seguro tendrá muchos puntos a favor: sentirse como en su propia casa, vivir la ciudad por conocer como si fuera un vecino más, y la posibilidad de ahorrar, y mucho, en hospedaje.
Es cierto, este sistema no es para todos. Por lo pronto, no hay que tener pruritos a la hora de la posible mirada indiscreta de un desconocido a nuestra intimidad. Sin embargo, cada vez son más los argentinos que se abren a esta modalidad de veranear en casa ajena y recibir en casa propia.
Claro que sentirse como en nuestro hogar también significa, además de hacer la cama y cocinar, regar las plantas, pasear a los perros o darle de comer a los peces. Pero hay más: europeos y estadounidenses, sobre todo, también hacen canjes de bicicletas, autos y hasta yates de lujo, algo a lo que muy pocos se animan por estos lados.
Con sólo asomarse a algunas de las páginas Web que proponen este tipo de servicios deslumbra el abanico de ofertas, por el nivel de los inmuebles y los lugares exóticos que se multiplican
El abogado Marcelo Seltzer es uno de los que dio el sí. De 57 años y con hijos grandes, analizó varias propuestas hasta que finalmente un pintoresco departamento en París, a dos cuadras del Arco del Triunfo, lo terminó de convencer para concretar su primer trueque. Subió al avión en octubre de 2008 y la incertidumbre lo acompañó hasta que levantó la alfombra en la puerta del departamento prometido. Sin embargo, allí estaba, escondida y reluciente, la llave, como le había prometido su dueña, una azafata retirada que consume su tiempo viajando por el mundo. El resto, una estadía de diez días con su mujer, no pudo ser mejor.
"Lo extraño es que nunca llegué a conocer personalmente a esta mujer. Todos los contactos los hicimos por mail, nos cruzamos en el aire", explica Marcelo en su departamento de Villa Urquiza, que al año siguiente realizó su segundo, y por ahora, último intercambio con una pareja de Nueva York.
La azafata retirada, conocedora de las reglas no escritas del intercambio, dejó a la pareja argentina una sorpresa: dos copas, una botella de buen vino y una abundante picada a modo de bienvenida. El, más por delicadeza que por conocimiento, mandó a buscar a su huésped que no conocía la Argentina, con un remis a Ezeiza. "Miedos siempre hay, pero cuando le pregunté qué debía llevar a París, me contestó: lo que traerías a la casa de un amigo. Eso fue clave. Nosotros terminamos comprando en el almacén de la esquina de su casa y ella comiendo empanadas con mis vecinos", asegura el abogado.
Si bien siempre puede haber sorpresas no gratas, una de las formas de alejar fantasmas es chequear en los sitios Web de estas empresas cada uno de los trueques que hizo nuestro posible huésped y buscar referencias antes del sí definitivo. Sin embargo, los argentinos que usan esta forma de viajar afirman que los peligros son muchos menos que los que se pueden correr aquí nomás, en un alquiler de veraneo.
Marcelo tiene una fórmula simple para el trueque: busca profesionales o gente de nivel económico medio o alto, y en lo posible parejas. "Con los mails te vas dando una idea de con quién estás tratando. Además, los socios suelen exhibir fotos de sus viajes. Estoy seguro de que es más riesgoso un alquiler de temporada aquí con un desconocido", asegura. Y agrega que una vez le ofrecieron alquilar un departamento en la costa con vista al mar. "Cuando llegué al lugar el tipo se subió a una sillita y me dijo convencido: Ve, ahí esta el mar, mire que lindo."
Y si me roban, y si me rompen todo, y si se instalan en la casa y no los puedo sacar más. Este tipo de preguntas son las que responde a sus potenciales socios, Claudio Polito, responsable en el país desde 2004 de Intervac Home Exchange. Su recomendación: usar el contrato modelo que figura en la base de datos, aunque aclara que la firma no se hace responsable por los posibles daños.
Y agrega: "Algunos hacen contratos de palabra, otros intervienen con abogados. Eso queda a criterio de cada uno. De todas formas, no suele haber problemas. Para los socios europeos es impensado tomar una casa ajena y no cubrir posibles daños", sostiene Polito, que con la crisis de 2001 y la suba del dólar pensó en alternativas para pasar las vacaciones en el exterior. Así hizo su primer trueque con Denver y desde entonces no paró.
Su ruta de viaje seguirá en Florianópolis y en Conil de la Frontera, en la casa de unos españoles que visitaron su departamento de Olivos el año pasado. Para 2012 tiene pendiente Los Cabos (México), en retribución a un socio que visitará nuestro país este año, y la casa de unos canadienses que estuvieron cuatro veces en su departamento.
Intervac, creada en 1953, hace unos 20.000 trueques anuales y en Europa tiene unos 10.000 asociados. En Estados Unidos el intercambio también es fuerte, y crece en Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Hong Kong. La situación en América latina es distinta, con un mercado reducido, pero en ascenso.
Un destino codiciado
¿Es posible acceder a una casona en la campiña francesa entregando a cambio un departamento porteño sin demasiadas pretensiones? Sí, porque el interés creciente por la Argentina lima todas las diferencias. Marcelo recibió invitaciones de Tokio, Venecia y Dinamarca, entre otros destinos, y rechazó muchos más ofrecimientos de los que aceptó. "Una vez me llamó un abogado neoyorkino que quería viajar sí o sí esa semana. Cuando vi su penthouse frente al Central Park me quería morir. Le dije que mi casa era chica, pero me respondió: No importa, quiero viajar ya. Lamentablemente, no pude coordinar algunas cosas y se frustró el trueque."
La falta de equivalencias entre los inmuebles locales y los europeos o estadounidenses preocupa a muchos argentinos que se acercan por primera vez al sistema. Pero Polito espanta fantasmas. Dice que esas diferencias no son un impedimento y que el 50 por ciento de los socios europeos y estadounidenses son retirados de 55 años o más, que realizan varios trueques por año, y suelen tener casas importantes. "Ellos priorizan la localización y la seguridad antes que el lujo del inmueble", explica.
Pero no es necesario irse tan lejos en el mapa. El canje interno también gana terreno. Silvana Straccio (de 38 años), separada y con dos hijos, concretó su primer intercambio con una simpática casa en Santa Clara del Mar. Con varios meses de antelación, hizo unos arreglos en su casa de Ushuaia, de casi 100 metros cuadrados y a orillas del Canal de Beagle para recibir a los visitantes como corresponde. También redactó un pequeño manual de recepción y una compañera de trabajo se encargó de entregar las llaves y dar las primeras indicaciones. "Empezamos a charlar sobre el intercambio varios meses antes de concretarlo para evitar malas experiencias. Todo fue muy positivo. Ya estoy en tratativas con dos familias de Entre Ríos, que quieren conocer mi ciudad", dice entusiasmada.
Para Martha McManamy, Buenos Aires fue el fin de un viaje que comenzó en septiembre último e incluyó España, Marruecos, Francia, Kenia, Guatemala y Perú, acompañada por sus hijos Evan (de 19 años), Conor y Laura (ambos de 14).
Martha asegura que no podría haber realizado el viaje sin recurrir al trueque. "Tenemos una familia amiga en la Argentina, pero su departamento es muy chico para todos nosotros. A Marcelo Polito no lo conocía. Lo contacté por primera vez en Bolivia por mail y enseguida nos pusimos de acuerdo", comenta en el departamento de Olivos, con vista al río.
Feliz con su primera vez en Buenos Aires, Martha tiene una casa muy amplia en Massachusetts y otra de ensueño a dos horas, que también ofrece a sus huéspedes.
Siempre con las valijas preparadas, Marcelo ya está planificando sus próximas escapadas. Lo seduce un departamento en San Francisco con vista al puente, pero su meta es Berlín. Por ahora, no se cruzó con asociados berlineses deseosos de visitar Buenos Aires. Pero está esperanzado con los que en su página exhiben la letra O (Open), es decir, aquellos socios que aún no decidieron su destino y están abiertos al mundo y a recibir propuestas. "Es cuestión de seducirlos", dice sonriente.
España en ascenso Estibaliz Urrutia es una de las fundadoras de Intercambiodecasas.es, el portal español pionero de trueque de casas, lanzado en 2006. El grupo tiene registrados 50 países y 7800 miembros en todo el mundo, de los cuales 978 son españoles y un centenar argentinos. "Sabemos que la idea cada vez gusta más en la Argentina, uno de los destinos más demandados. En 2010 se realizaron unos 2000 intercambios a través de nuestro portal, de los cuales 150 tuvieron lugar en la Argentina", explica.
Urrutia afirma que según datos oficiales, de los 57,4 millones de turistas extranjeros que en 2010 viajaron a España, cerca de 12,4 millones (el 21%) se alojaron en viviendas gratuitas. Es decir, en casas propias, de familiares o amigos, incluidas las de trueque. "El intercambio de productos y servicios turísticos entre particulares sigue creciendo. Este tipo de trueques está cambiando las viejas reglas del mercado turístico. El llamado Turismo P2P (peer to peer), entre iguales o colegas, es lo que se viene", asegura.
por la hija Cuando Florencia, una de las hijas de Luz y Juan Carlos Bornia, un matrimonio de Neuquén, se instaló en Francia, todo cambió para la pareja. Y la posibilidad de intercambio resultó una salida. El primer trueque fue en 2004, en Orléans, una zona de lujosos castillos y mansiones rodeados de jardines y bosques. "Nos esperaba un hermoso y céntrico departamento de dos plantas y muchas más cosas, incluida una heladera que, como bienvenida, tenía todo lo necesario para comer y beber. Además, nos dejaron folletería y hojas de ruta de la región", cuenta la pareja que, dos años más tarde, recibió a los franceses en su ciudad.
La segunda experiencia fue en Limoux, en el sur, una zona de viñedos cerca de los Pirineos orientales y del Mediterráneo. Esta vez, los esperaba una residencia antigua acondicionada a full, cómoda y bien ubicada, cuyos dueños ya están preparando su viaje a Neuquén para la próxima Navidad.
Cinco tips para intercambiar
En internet www.gabinohome.com
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