
"Es una receta muy básica"; dijo Jean-Philippe Echard, químico del Museo de la Música de París, Francia, que analizó pequeñas muestras de madera y barniz extraídas de la colección Stradivarius de ese museo: cuatro violines y una viola d´amore construidas entre 1692 y 1724.
En los siglos que siguieron a la muerte de Stradivarius, músicos, críticos y luthiers han discutido sobre qué es lo que da a los 600 instrumentos conocidos de su autoría su brillante sonido.
Quizá fue la madera utilizada o los patrones que desarrolló, y que luego fueron copiados. O quizá, sugirieron otros, se trataba de un ingrediente secreto presente en el barniz.
Pero en el estudio publicado esta semana en la revista alemana de química Angewandte Chemie International Edition, los ingredientes utilizados no difieren tanto de los utilizados por otros en la ciudad de Cremona, Italia.
lanacion.com
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