Los republicanos quieren descubrir la fórmula para no envejecer. O al menos para conquistar al electorado de entre 18 y 29 años de edad, sólido bastión de sus rivales demócratas. Y para ello están dispuestos a bajar la edad de sus líderes aun hasta el umbral de la pubertad. No en vano Paul Krugman –último ganador del premio Nobel y economista predilecto de Barack Obama– sentenció que el Grand Old Party (GOP), alguna vez liderado por veteranos como Abraham Lincoln, Dwight Eisenhower, Richard Nixon o Ronald Reagan, “se convirtió en el partido de Beavis and Butthead”.
Protagonista inesperado de la Conferencia de Acción Política Conservadora en Washington el fin de semana gracias a un enfático discurso sobre “el significado del conservadurismo”, el orador adolescente Jonathan Krohn, de 14 años, es la nueva esperanza de los republicanos después del fallido intento del septuagenario John McCain por retener la Casa Blanca en las elecciones del pasado 4 de noviembre.
“Ahora que soy un experto político, tengo la capacidad de influenciar a los demás. No puedo olvidarme de eso”, explicó Jonathan a todos y cada uno de los programas de radio que lo entrevistaron en los últimos tres días.
A punto de firmar un contrato para conducir su propio show radial, el colegial que saltó a la fama por criticar el paquete de estímulo económico de Obama, desmintió que el primer mandatario afroamericano en la historia de Estados Unidos lo haya calificado de “pequeño fascista” después de escucharlo durante el encuentro anual de dinosaurios conservadores de todo el país.
“El presidente todavía no me atacó”, se jactó el adolescente cristiano de Georgia educado en su casa, que estudia latín y árabe para “hablar con nuestros aliados en su idioma”, almuerza frente a su computadora para no perder tiempo y a quien sus padres le prohibieron tener teléfono celular.
El político precoz pasó el verano escribiendo Define Conservatism, un libro de 86 páginas donde establece los valores esenciales de su partido con el que logró que los escépticos organizadores de la Conferencia aceptaran darle tres minutos de discurso el viernes.
EL adolescente pagó la edición del libro con los ahorros obtenidos como guionista y actor de un programa infantil cristiano de radio. En menos de una semana, apareció en la CNN y forjó un club de fanáticos en Facebook. El sábado, uno de los líderes del encuentro oficializó el entusiasmo republicano por la joven promesa blanca: “Soy Bill Bennett. ¡Antes trabajaba para Ronald Reagan y ahora soy colega de Jonathan Krohn!”.
criticadigital.com
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